EL 2º encuentro con Pedro
Después
de dos semanas de la venta de mis deportivas, calcetines y alquiler de mis pies
a Pedro, mi esposo, recibió un email de él que decía:
-Hola,
necesito saber si estáis dispuestos a dejarme disfrutar de los pies de Marta. Todo
será según lo pactado, pero tengo que estar seguro de que no os vais a
arrepentir después de prepararlo todo.
Un
beso.
Carlos
me pregunto que si me apetecía, a lo que le conteste que si, ya que la anterior
vez me pareció súper excitante. Carlos, le pregunto sobre el encuentro, como
seria, donde y cuáles eran sus
exigencias.
-Quiero
que venga con los zapatos que ella quiera, dependiendo del tiempo, (era
primavera y podía llover, hacer frio o calor), antes iréis a un salón de
belleza, en el que a Marta la harán la pedicura, manicura y depilación, no os
preocupéis, está todo pagado y ya elegí el esmalte de uñas que quiero.
Nos
llamó la atención de que quedo con nosotros el domingo y estaría todo cerrado,
pero el insistió en que me estaban esperando a las 11:00 de la mañana.
El
domingo amaneció lloviendo y con frio, por lo que tuve que cambiar las
sandalias que elegí, por unas botas para la lluvia.
Nos
dirigimos a el salón de belleza y efectivamente estaba cerrado, Carlos llamó al
timbre, en pocos segundos abrió la puerta una chica, era muy guapa y vestía un
mono negro típico de masajista, en los pies llevaba unas sandalias bajas de
dedo y lucia unos pies preciosos con las uñas de color rojo intenso.
-Hola,
¿sois Marta y Carlos? Yo soy Elena.
-Sí,
encantados. Pero hoy es domingo, ¿es que abrís también?
-No, es
un servicio especial, Pedro me dijo que no os preocupéis, que todo corre de su
cuenta. Pasa a la cabina de depilación y te desnudas, tienes una bata,
zapatillas y una toalla, ¿me imagino que querrás depilación completa? Es
piernas axilas y pubis como tú quieras llevarlo
Me
empecé a asustar, ya que se trataba solo de que Pedro solo disfrutaría de mis
pies, no entendía lo de las axilas y el pubis, que aunque lo llevo normalmente
depilado, no pensaba enseñarlo a nadie.
-Espera,
lo voy a consultar con mi marido
Me
acerqué a Carlos para que el me diese una explicación y me dijera que elegía.
-Depílate
entera, solo van a ser tus pies lo que va a utilizar, pero lo otro es para ti y
para que lo disfrute yo.
Lo pensé,
y sonreí a Carlos.
-Tienes
razón, voy a ponerme guapa y a disfrutar del momento, por cierto, ¿Qué pies más
deliciosos tiene Elena? No le quitas ojo.
-Son
preciosos y su dueña también, me encantaría disfrutar de ellos y de los tuyos a
la vez, ¿a ti también te gustan?
Me
desnude y Elena comenzó a depilarme, a pesar del dolor, me estaba calentando
mucho la situación y más cuando empezó por mi entrepierna.
Me
dijo.
-Bueno
ahora tus manos, ¿si quieres ducharte? Te bajará el calentón jajá, no te
preocupes, no eres la única que le pasa, que te estén tocando a entre las
piernas a muchas nos pasa, no somos de piedra.
-es que
además no utilizaste guantes y el tacto de tus manos hizo que me pusiera
nerviosa, disculpa.
-Yo con
guantes no se hacer nada y ya te digo que no te preocupes, me alaga
Termino
las uñas de mis manos, con el color que Pedro había elegido, un anaranjado y
pase a una sala en la que tenía unos asientos y a los pies unas bañeras
pequeñas en la que se hacia la ictioterapia,
el tratamiento estético de moda consistente en sumergir los pies en
agua caliente con unos peces que succionan las células muertas. Los sumergí y
los peces empezaron a succionar mis pies, era una sensación súper agradable,
estuve casi media hora, luego me senté en una camilla y Elena seco mis pies y
comenzó a realizarme la pedicura, como ya sabéis, me excita bastante que me
masajeen, los unto de crema y me dijo que tenía que hacerme una foto a ver si
Pedro le parecía bien como me quedaba el color de uñas, mando la foto en un
mensaje y a los pocos segundos, recibió otro, pidiendo una foto con unas
sandalias puestas, la dije que no tenía ningunas a mano ya que traje las botas porque estaba lloviendo y
me dijo:
-Si no te importa ponerte las mías, creo que
utilizo el mismo pie que tu un 38 o 39, estas son un 39.
-Por supuesto, además son preciosas
-Son de Pedro, me las regaló hace dos días, es
el calzado que utilizamos aquí todas las que trabajamos, no sé si lo sabes,
pero el negocio es de él, lo regentaba su mujer , cuando se divorció decidió
que yo fuse la que lo regentase, dice que es bueno que las clientas vean que
nosotras nos cuidamos los pies y las manos.
Se quitó las sandalias y me las puso, hizo
varias fotos que mando seguido por mensaje.
-Me dice que perfectos, que te de la crema.
Me dio un masaje y saco unos calcetines de los
que tienen la forma para meter los dedos, igual que unos guantes pero para los
pies, me dijo que los llevase puestos para que adsorbieran la crema y que luego
en casa de Pedro me lavase los pies, ya que la crema amargaba un poco. Me di
cuenta al momento, que Elena sabía perfectamente lo que este hombre iba a hacer
con mis pies.
-¿Te tengo que devolver los calcetines?
-Si la próxima vez que vengas
-¿Cómo la próxima vez que venga
-Sé que vas a volver en un mes como máximo
Se despidió de nosotros dándonos dos besos y
nos dijo que ya podíamos ir a casa de Pedro, nos estaba esperando con
impaciencia (se sonrió).
Nos dirigimos a su casa, en el que el portero
de la finca nos abrió el garaje para meter el coche y subimos a su casa, nos
abrió la puerta saludando con mucha alegría, me beso y a Carlos le dio la mano
-Bueno Marta, ¿estas preparada para que
disfrute de tus pies?
-Sí, claro, con más razón después de la sesión
de belleza
-Muy bien, pasa a esa habitación y te pones
toda la ropa que está encima del sillón, nosotros iremos cuando estés cambiada,
pero ponte todo menos el sostén.
Entre en la habitación y encontré una camiseta
de tirantes, un tanga minúsculo, unas sandalias idénticas a las que llevaba Elena,
se veían un poco usadas y unos pantalones cortos también muy ajustados, se me
metían en el culo y en la vagina, lave mis pies como me dijo.
-Ya estoy
-Ven vamos a tomar algo de comer y ya te pago
Salí al salón y exclamó
-Estas buenísima, que pies tienes más bonitos,
a ver qué sabes hacer con ellos.
Comimos algo y me dijo:
-Bueno vamos a la habitación, no aguanto más.
Pasamos a la habitación, tenía un sillón cama
dos sillas y muchos cojines y el suelo estaba enmoquetado y le pregunté:
-Bueno, ¿que es lo que te gustaría que te
hiciera con los pies?
-Quiero que me acaricies con ellos
-Tendrás que desnudarte
-Estupendo, veo que sabes lo que tienes que
hacer.
Se metió en el baño y mientras Carlos me dijo:
-Compórtate descaradamente, dile las cosas que
me dices a mí y no dejes de hacer nada de lo que te pida, tiene que disfrutar
al máximo de tus pies.
-No te preocupes, aunque estoy un poco
nerviosa, también estoy muy caliente, le va a encantar.
Salió del lavabo con un albornoz, en el cual
ya se notaba su pene erecto
-Ya estoy preparado
-Túmbate en el suelo.
Le desabroche el albornoz y le ayudé a
quitárselo, su pene estaba a reventar, el cual por cierto era bastante gordo y
de muy buen tamaño.
Estando de pie, me quite la sandalia derecha y
empecé a acariciar su pecho con el pie, para luego ir bajando sin tocar sus
testículos ni su pene llegando a sus pies y volviendo a subir a su cara, estuve
un buen rato realizando las caricias, mientras Carlos nos observaba desde el
sillón, con una mano metida dentro del pantalón tocándose su pene.
-Ahora quiero que te los comas
Me tumbé en el suelo y el puso un cojín entre
su espalda y el sillón, me quité la otra sandalia y se los acerqué a su cara.
-¡Chúpalos!
Saco su lengua y empezó a lamerlos, y le empecé
a dar indicaciones de lo que quería:
-El talón chupa el talón, me encanta, entre
los dedos, así, cometelos, los dedos en tu boca,¡ay!, así me vuelve loca
-¿Te gusta?
-Siii, sigue así, ahora la planta, ¡uff! Que
gusto.
En esa posición, el podía verme la vagina, ya
que el pantalón y el tanga solo tapaban la mitad.
-Marta
¿estás muy caliente verdad?
-si mucho
-ahora quiero que me masturbes con los pies y
correrme en ellos.
-Te voy hacer la paja más maravillosa que te
hicieran nunca.
Tenía los pies empapados en saliva, coloque el
izquierdo detrás de su pene y con el otro empecé a frotar de arriba abajo,
estuve casi 10 minutos frotando su pene, mientras el suspiraba y decía cosas como
-Que rico, me encanta, sigue cielo, es la
mejor paja, que puta eres.
En un momento noté que empezaban sus
testículos a contraerse y el a dar suspiros constantes, como imagináis, sabía
que tendría un orgasmo inminente, en ese momento empezó a soltar chorros de
semen con mucha fuerza, el primero mancho la camiseta y unos de mis brazos, el
segundo mis piernas y ya los siguientes los contuve con los pies, llenándolos
de su leche espesa.
Dijo:
-A sido maravilloso, perdona que te llamase
puta, pero no era responsable de mis palabras.
-No te preocupes, un poco lo soy, jeje, me
pagaste por esto y eso tiene ese nombre, aunque es la primera vez que lo hago
por dinero y por cierto me encanta hacerlo.
-Gracias, ponte las sandalias, me gusta que
tengas mi semen en tus pies-
-Carlos alcánzame las sandalias
Carlos, tenía su pene fuera del pantalón y
tuvo que guardarlo para dármelas, me las puse sin limpiarme y me puse de pie,
mi vagina estaba empapada y cuando me mire, tenía los pantalones con una mancha
de mis flujos, estaba claro, que desde la posición de Pedro,me veía todo el
coño.
Pedro dijo:
-Carlos; eres un tío afortunado, veo que o
estas pasando mal, un hombre tan fetichista y viendo esto, tienes que estar muy
excitado,
-Si lo estoy, pero Marta también.
--Mientras me repongo y preparo algo que comer
¿queréis que os deje un rato a solas?, lo que sí te pido es que los pies de
Marta , hoy, son solo para mí y si no utilizáis preservativo, por favor, todo
fuera, el tanga y el pantalón lo quiero con sus jugos.
-De acuerdo, la pongo unos calcetines, para no
tener tentaciones, de lo demás no te preocupes.
Pedro se puso el albornoz y salió por la
puerta, Carlos me puso los calcetines como guantes y me quito los pantalones y
el tanga, metió su cabeza entre mis piernas y comenzó a lamer mi clítoris,
tarde muy poco en tener un orgasmo, gemí y chille, Pedro lo oyó todo. Cuando terminó, agarre el pene de
Carlos y lo masturbé, se corrió en mi mano rápidamente y la cantidad de semen
fue muchísimas.
Carlos me dijo:
-¿Te gusta la situación?
-Me encanta, me gusta este hombre y me gusta
la situación de que me pague
-Eso es ser puta, ¿y si te pide follarte? ¿Te
dejarías?
-¿Te importaría?
-Mientras te guste a ti, me dejes que yo
disfrute, haces lo que te apetezca.
-Marta, Carlos, creo que terminasteis, venir a
comer algo y reponemos fuerzas.(dijo Pedro)
Mientras tomábamos algo, Pedro nos contó que
era propietario del negocio donde me hicieron la pedicura y aparte de otros
negocios, tenía una distribuidora de calzado, por eso disponía de tantos
zapatos de mujer, nos confesó, que su 1ª mujer murió en un accidente de tráfico
y la segunda, se lió con un tipo de su edad (36 años) y se marchó con él.
También nos enteramos de su edad, 61
años y de que Elena, sabía perfectamente lo que iba a pasar hoy con mis pies y
le pregunté:
-¿y no la propusiste nunca el hacerlo mismo
que conmigo a Elena?
-Se lo di a entender, pero tiene pareja y como
mucho se los toco cuando la digo de probarse zapatos para los catálogos de mi
empresa. Bueno Marta, quiero más.
-¿Ahora dime lo que te gustaría?
-Quiero que te quites el semen, que tienes en
los pies, los lavas y en el armario de la habitación tienes tres pares de
sandalias, elige el que te guste y te lo pones, veras que están usadas, por mi
exmujer y por Elena, Espero que no te importe.
-No me importa, ya que tú te sinceras, quería
decirte que soy bisexual, a mí me gusta tener relaciones de vez en cuando con
otras chicas y lo que más con otras y mi marido, los pies a mi también me
gustan.
-Eres estupenda, ósea, que le pones los pies
de otras chicas a disposición de tu marido.
-Bueno, de momento, solo los de mi amiga
Lourdes, pero nos metemos en foros y páginas de intercambio para ver si alguien
se anima, de momento no hemos tenido mucha suerte.
-Pero, ¿vendréis más veces?
-Si me hace la pedicura Elena, por supuesto.
Me atrae bastante esa y a Carlos, además
me da la sensación, de que a ella también le gusta mi marido, además se nota
que ella alguna vez se acostó con otra chica, por la manera de tocarme. Bueno
en 15 minutos pasáis a la habitación. ¿quieres que te lo haga solo con los
dedos?
Dijo Carlos:
-te va a gustar mucho, es capaz de abrir los
dedos mucho y la manera de moverlos que tiene, uff , te encantará.
-De acuerdo, pero ponte una sandalias, quiero
quitártelas yo.
Entré
en el lavabo y me lavé los pies para quitarme el semen, los tenis
pegajosos, abrí el armario y me quedé alucinada, estaba lleno de Sandalias,
todas de mi talla, pero él me dijo unos pares en concreto que estaban en el
suelo aparte de las demás, eran todas preciosas, tome unas de tacón negras con
tachuelas (la foto ya la mandé), me las puse y los llamé. Cuando entraron, me
di cuenta que los dos ya tenían una gran erección, Pedro seguía con el albornoz puesto y no llevaba nada
debajo, Carlos se volvió a sentar en la cama y yo empecé a caminar por el
cuarto,.
-¿Te gustan?
-Preciosas, te voy a tomar unas fotos.
Empezó a hacer fotos a mis pies, cuando se movía,
se le salía el pene del albornoz, estaba totalmente erecto. Me senté en una
silla y le dije:
-Desnúdate y siéntate en el suelo apoyando la
espalda en la silla.
-Lo que tú me pidas.
Cuando se sentó, pase las piernas por sus
hombros, rozando su pecho con mis pantorrillas recién depiladas y con los pies
a la altura de su pene.
-Esta vez no me ves la cara pero ves
perfectamente mis pies en tu polla, cuando quieras me quitas las sandalias.
-Ahora mismo, Carlos, si tienes que aliviarte,
tienes unas sandalias de Elena, en el armario, son de color verde y bajas.
Carlos se levantó, tomo las sandalias y un
bote de lubricante de mi bolso acercándomelo a la silla y volvió a sentarse ya
con su pene fuera.
-Pedro para que sea más placentero, es mejor
que utilicemos el lubricante, te gustara más.
-Lo que tú digas, pero por favor no me tengas
así de caliente.
Agarre el bote y me eché un chorro en las
manos, luego lo esparcí por mi pie derecho sobre todo entre los dedos y luego,
como pude, desde esa posición agarre el pene de Pedro con mis manos y
untándoselo a la vez que le masturbaba.
-Pensaba que me dirías que me lo pusiera yo,
que no me la tocarías con las manos.
-Te la toqué con los pies, te corriste en mi
brazo, Piernas y Pies, no es el momento de andar con prejuicios, además, está
mi marido mirando a la vez que se hace una paja con las sandalias de una chica
que hemos conocido hace un rato, ante esta situación sino te la toco con las
manos sería absurdo. Ahora mira y disfruta.
Con mi pie izquierdo levanté con el empeine su
pene y metí entre el dedo gordo y el siguiente del pie derecho el glande, lo
tiene bastante gordo, por lo que tuve que abrirlos bastante, hacia bastante presión
en él, de esta forma era difícil que se escapara de entre ellos. Lo movía de
arriba abajo, mientras pedro sujetaba con su mano el pie izquierdo, empecé a
notar sus besos en mis piernas, que aunque no era lo pactado, me encantaba que
lo hiciera, se estaba animando y empezó a chuparlas, estuvimos unos 10 minutos
y empezó a cambiar su respiración y a decirme palabras un poco fuerte:
-Sigue así mi puta, mueve esos putos pies, me
voy a correr en ellos, me corro, ufff.
En ese momento, soltó el primer chorro de
semen, no era tan fuerte como el primero pero llegó a mi tobillo, los tres siguientes cayeron entre los dedos
manchando mi pie izquierdo.
-¿Te gustó?
-Eres estupenda, ninguna de mis dos mujeres,
ni ninguna de las prostitutas que me lo hicieron con los pies, tienen esa
maestría, te puedes dedicar a ello, jeje.
-Ya lo hago jaja
Carlos mientras se masturbo viéndonos y
pasando su pene por las sandalias de Elena, las lleno de su semen y las volvió
a guardar en el armario de la derecha, era donde tenía el calzado usado para
esto y que ya estaba sucio.
Dije:
-¿Me pongo las sandalias de tacón?
-No ponte las de antes, estas te las llevas y
las utilizas para trabajar, otro día las cambias por otras. ¿quieres ducharte?
-¿Ya hemos acabado?
-Por mi no, pero no creo que sea capaz de
correrme otra vez.
Dijo Carlos:
-Si ella quiere, lo consigues
-¿Serias capaz?
Dije:
-Creo que si
-Sería la primera vez que lo hago tres veces
seguidas.
-Tanto Carlos como un amigo nuestro hemos
llegado a 6 veces, aunque poco soltaban en sus orgasmos
- vale, lo intentamos, ahora quiero tus
plantas.
-Espera que me lave los pies, quiero que me
los chupes. ¿Puedo ponerme otras sandalias limpias cuando me lave?
-Las que quieras, ahora son solo para ti
Me lave los pies y me recompuse un poco, ya que
el tanga y el short se me metía en la raja del culo y en mi vagina y además
estaba empapada de mis flujos.
-Ya estoy, siéntate como antes en el suelo y
por favor Carlos dame un cojín
Se sentó en el suelo y yo misma le desabroche
el albornoz.
-Quiero que te comas mis pies, me los chupes
desde el talón a los dedos.
El suspiró, aunque su pene no reaccionaba,
seguía flácido. Acerqué mis pies a su cara y los agarró empezando a besarlos,
yo estaba sentada a su lado apoyada en el cojín.
Empezó a chuparlos a meterse los dedos en la
boca, de vez en cuando los sacaba de su boca y decía:
-Eres increíble, como puedes ser tan caliente
y golfa
Agarre con mi mano derecha su pene y empecé a
masturbarle, rápidamente consiguió una erección importante, seguí así durante
unos minutos casi a punto de eyacular, sinceramente, ya me dolían los pies y
las piernas del esfuerzo, quería que con poco movimiento de mis pies, tuviese
el orgasmo.
Me di la vuelta y me metí entre sus piernas de
rodillas, acerque mis pies a su pene y
lo agarré entre ellos. La imagen que tenía Pedro según me conto Carlos, era
súper excitante, mis pies con su polla en medio, mi culo en pompa, el minúsculo
pantalón dejaba ver parte de el, además se salía la mitad de mi vagina, además
como siempre estaba muy húmeda y se notaba una mancha por toda la zona.
Le dije:
-Pedro ayúdame un poco con tus manos, ya estoy
agotada.
-Sí, pero la terminas tu
-No te preocupes, tu avísame cuando te corras
y sigo yo movi, ahora disfruta de mis piececitos.
Me agarró por los tobillos y empezó a mover
mis pies de arriba abajo y empoza decirme.
-eres divina, me encanta follarte los pies
- fóllatelos, vamos córrete en ellos, pagaste
por ello, llénamelos de tu leche,
-¡Me corro!
Soltó mis tobillos y yo empecé a mover los
pies a mover los pies de arriba abajo con la misma intensidad, note como caía
un poco de semen en mis plantas, prácticamente nada.
-Me dejaste seco, lo conseguiste, tres veces
seguidas, ¿Cómo eres tan caliente?, ¿te gusta hacerlo?, ¿lo debes de practicar
mucho?. Por favor quiero otro día
-Si soy muy caliente y tan fetichista de mis
pies como vosotros, me gusta que me los toquen y me excita, excitar con ellos,
desde muy joven y a todos los chicos con los que estuve dieron mucha
importancia a mis pies en el sexo, me encanta hacerlo y por supuesto lo llevo
practicando mucho.
-¿Se lo haces a más hombres?
-Ahora solo a mi marido, a un becario
jovencito que tuve y a ti.
-Ósea, que me lo vas a hacer más.
-Mientras a Carlos no le importe, no te canses
de ellos y por supuesto me pagues, también me excita mucho la situación,
tendrás pies para ello.
- ¿Y si te pido más?
- Depende de lo que pidas
-Salgo de viaje pasado mañana a China, a
supervisar la fabricación de la nueva
colección de sandalias para el verano, cuando vuelva, mando un correo con lo
que quiero para el próximo encuentro, me decís si estáis dispuestos y vuestras
condiciones, precio, forma o adonde podemos llegar.
- De acuerdo, pero , ¿podré darme otra sesión
de belleza con Elena?
- Veo que os gusta Elena
-Si, a los dos, ¿le podemos insinuar a lo que
hemos venido? , a lo mejor la gusta la idea y se apunta.
- ojalá lo consigáis, me gustaría participar,
pero ella no sé si querrá.
- Como te dije, me dio la sensación que es tan
caliente como yo, pero no se atreve por su pareja. Bueno, me voy a duchar, ¿Te
importa que Carlos se duche conmigo?
-No, ya podéis hacer lo que os dé la gana,
hemos terminado y estoy muy satisfecho, esperaba menos de tus pies, pero además
incluso lo hiciste con tus manos.
- Me gustó hacerlo, Carlos vamos a ducharnos
que estoy pringada de semen por todos sitios. ¿Dónde te dejo la ropa y las
sandalias usadas para esto?
-En la habitación, la necesito para
recordarlo.
Entramos en el baño y Carlos me desnudó ,
empezó a besarme y pronto me dio la vuelta, en esa posición con una pierna en
el lavabo, se desfogo. Tuvimos nuestro orgasmo, esta vez no tuvo que contenerse
y eyaculo dentro de mi vagina, después nos duchamos y salí vestida con mi ropa,
como dejó de llover, me puse unas sandalias que tomé del armario.
Pedro le dio la mano a Carlos y a mi me besó
en la boca y dijo:
-¿te puedo decir una cosa aunque sea fuerte?
-Lo que quieras.
-Realmente eres muy golfa, casi una
profesional.
-Tú me hiciste profesional pagándome por esto.
-¿Os espero?
-Por mi si
Carlos dijo:
-Entonces está claro
Nos fuimos a casa, por el camino comentamos la
experiencia, con la conclusión de que repetiríamos, lo único es que yo estaba
muy cansada, me dolían las piernas y los pies,pero Carlos me dio un masaje que
como siempre termina en sexo.
El tercer y cuarto encuentro lo iré contando dependiendo
si lo publicas o no y de la aceptación que tenga, es más fuerte, pero más
placentero para mí.
cld65@live.com
Recién tengo la oportunidad de leerlo porque en estos días, andaba algo ocupado, pero. he de decir que el relato, en verdad me encantó, me dejó bien prendido.... genial y ansioso espero el tercer y cuarto encuentro, vamos, Marta, anímate. Como quisiera yo ponerte el bicho entre tus pies, en tus talones y plantas.... así es, yo igual pagaría por ello.... Wow. censillamente genial. Un saludo desde Ecuador.
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