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miércoles, 2 de marzo de 2016

RELATOS: EL 2º encuentro con Pedro

EL 2º encuentro con Pedro
Después de dos semanas de la venta de mis deportivas, calcetines y alquiler de mis pies a Pedro, mi esposo, recibió un email de él que decía:
-Hola, necesito saber si estáis dispuestos a dejarme disfrutar de los pies de Marta. Todo será según lo pactado, pero tengo que estar seguro de que no os vais a arrepentir después de prepararlo todo.
Un beso.
Carlos me pregunto que si me apetecía, a lo que le conteste que si, ya que la anterior vez me pareció súper excitante. Carlos, le pregunto sobre el encuentro, como seria, donde  y cuáles eran sus exigencias.
-Quiero que venga con los zapatos que ella quiera, dependiendo del tiempo, (era primavera y podía llover, hacer frio o calor), antes iréis a un salón de belleza, en el que a Marta la harán la pedicura, manicura y depilación, no os preocupéis, está todo pagado y ya elegí el esmalte de uñas que quiero.
Nos llamó la atención de que quedo con nosotros el domingo y estaría todo cerrado, pero el insistió en que me estaban esperando a las 11:00 de la mañana.
El domingo amaneció lloviendo y con frio, por lo que tuve que cambiar las sandalias que elegí, por unas botas para la lluvia.
Nos dirigimos a el salón de belleza y efectivamente estaba cerrado, Carlos llamó al timbre, en pocos segundos abrió la puerta una chica, era muy guapa y vestía un mono negro típico de masajista, en los pies llevaba unas sandalias bajas de dedo y lucia unos pies preciosos con las uñas de color rojo intenso.
-Hola, ¿sois Marta y Carlos? Yo soy Elena.
-Sí, encantados. Pero hoy es domingo, ¿es que abrís también?
-No, es un servicio especial, Pedro me dijo que no os preocupéis, que todo corre de su cuenta. Pasa a la cabina de depilación y te desnudas, tienes una bata, zapatillas y una toalla, ¿me imagino que querrás depilación completa? Es piernas axilas y pubis como tú quieras llevarlo
Me empecé a asustar, ya que se trataba solo de que Pedro solo disfrutaría de mis pies, no entendía lo de las axilas y el pubis, que aunque lo llevo normalmente depilado, no pensaba enseñarlo a nadie.
-Espera, lo voy a consultar con mi marido
Me acerqué a Carlos para que el me diese una explicación y me dijera que elegía.
-Depílate entera, solo van a ser tus pies lo que va a utilizar, pero lo otro es para ti y para que lo disfrute yo.
Lo pensé, y sonreí a Carlos.
-Tienes razón, voy a ponerme guapa y a disfrutar del momento, por cierto, ¿Qué pies más deliciosos tiene Elena? No le quitas ojo.
-Son preciosos y su dueña también, me encantaría disfrutar de ellos y de los tuyos a la vez, ¿a ti también te gustan?
Me desnude y Elena comenzó a depilarme, a pesar del dolor, me estaba calentando mucho la situación y más cuando empezó por mi entrepierna.
Me dijo.
-Bueno ahora tus manos, ¿si quieres ducharte? Te bajará el calentón jajá, no te preocupes, no eres la única que le pasa, que te estén tocando a entre las piernas a muchas nos pasa, no somos de piedra.
-es que además no utilizaste guantes y el tacto de tus manos hizo que me pusiera nerviosa, disculpa.
-Yo con guantes no se hacer nada y ya te digo que no te preocupes, me alaga
Termino las uñas de mis manos, con el color que Pedro había elegido, un anaranjado y pase a una sala en la que tenía unos asientos y a los pies unas bañeras pequeñas en la que se hacia la  ictioterapia, el tratamiento estético de moda consistente en sumergir los pies en agua caliente con unos peces que succionan las células muertas. Los sumergí y los peces empezaron a succionar mis pies, era una sensación súper agradable, estuve casi media hora, luego me senté en una camilla y Elena seco mis pies y comenzó a realizarme la pedicura, como ya sabéis, me excita bastante que me masajeen, los unto de crema y me dijo que tenía que hacerme una foto a ver si Pedro le parecía bien como me quedaba el color de uñas, mando la foto en un mensaje y a los pocos segundos, recibió otro, pidiendo una foto con unas sandalias puestas, la dije que no tenía ningunas a mano ya  que traje las botas porque estaba lloviendo y me dijo:
-Si no te importa ponerte las mías, creo que utilizo el mismo pie que tu un 38 o 39, estas son un 39.
-Por supuesto, además son preciosas
-Son de Pedro, me las regaló hace dos días, es el calzado que utilizamos aquí todas las que trabajamos, no sé si lo sabes, pero el negocio es de él, lo regentaba su mujer , cuando se divorció decidió que yo fuse la que lo regentase, dice que es bueno que las clientas vean que nosotras nos cuidamos los pies y las manos.
Se quitó las sandalias y me las puso, hizo varias fotos que mando seguido por mensaje.
-Me dice que perfectos, que te de la crema.
Me dio un masaje y saco unos calcetines de los que tienen la forma para meter los dedos, igual que unos guantes pero para los pies, me dijo que los llevase puestos para que adsorbieran la crema y que luego en casa de Pedro me lavase los pies, ya que la crema amargaba un poco. Me di cuenta al momento, que Elena sabía perfectamente lo que este hombre iba a hacer con mis pies.
-¿Te tengo que devolver los calcetines?
-Si la próxima vez que vengas
-¿Cómo la próxima vez que venga
-Sé que vas a volver en un mes como máximo
Se despidió de nosotros dándonos dos besos y nos dijo que ya podíamos ir a casa de Pedro, nos estaba esperando con impaciencia (se sonrió).
Nos dirigimos a su casa, en el que el portero de la finca nos abrió el garaje para meter el coche y subimos a su casa, nos abrió la puerta saludando con mucha alegría, me beso y a Carlos le dio la mano
-Bueno Marta, ¿estas preparada para que disfrute de tus pies?
-Sí, claro, con más razón después de la sesión de belleza
-Muy bien, pasa a esa habitación y te pones toda la ropa que está encima del sillón, nosotros iremos cuando estés cambiada, pero ponte todo menos el sostén.
Entre en la habitación y encontré una camiseta de tirantes, un tanga minúsculo, unas sandalias idénticas a las que llevaba Elena, se veían un poco usadas y unos pantalones cortos también muy ajustados, se me metían en el culo y en la vagina, lave mis pies como me dijo.
-Ya estoy
-Ven vamos a tomar algo de comer y ya te pago
Salí al salón y exclamó
-Estas buenísima, que pies tienes más bonitos, a ver qué sabes hacer con ellos.
Comimos algo y me dijo:
-Bueno vamos a la habitación, no aguanto más.
Pasamos a la habitación, tenía un sillón cama dos sillas y muchos cojines y el suelo estaba enmoquetado y le pregunté:
-Bueno, ¿que es lo que te gustaría que te hiciera con los pies?
-Quiero que me acaricies con ellos
-Tendrás que desnudarte
-Estupendo, veo que sabes lo que tienes que hacer.
Se metió en el baño y mientras Carlos me dijo:
-Compórtate descaradamente, dile las cosas que me dices a mí y no dejes de hacer nada de lo que te pida, tiene que disfrutar al máximo de tus pies.
-No te preocupes, aunque estoy un poco nerviosa, también estoy muy caliente, le va a encantar.
Salió del lavabo con un albornoz, en el cual ya se notaba su pene erecto
-Ya estoy preparado
-Túmbate en el suelo.
Le desabroche el albornoz y le ayudé a quitárselo, su pene estaba a reventar, el cual por cierto era bastante gordo y de muy buen tamaño.
Estando de pie, me quite la sandalia derecha y empecé a acariciar su pecho con el pie, para luego ir bajando sin tocar sus testículos ni su pene llegando a sus pies y volviendo a subir a su cara, estuve un buen rato realizando las caricias, mientras Carlos nos observaba desde el sillón, con una mano metida dentro del pantalón tocándose su pene.
-Ahora quiero que te los comas
Me tumbé en el suelo y el puso un cojín entre su espalda y el sillón, me quité la otra sandalia y se los acerqué a su cara.
-¡Chúpalos!
Saco su lengua y empezó a lamerlos, y le empecé a dar indicaciones de lo que quería:
-El talón chupa el talón, me encanta, entre los dedos, así, cometelos, los dedos en tu boca,¡ay!, así me vuelve loca
-¿Te gusta?
-Siii, sigue así, ahora la planta, ¡uff! Que gusto.
En esa posición, el podía verme la vagina, ya que el pantalón y el tanga solo tapaban la mitad.
-Marta  ¿estás muy caliente verdad?
-si mucho
-ahora quiero que me masturbes con los pies y correrme en ellos.
-Te voy hacer la paja más maravillosa que te hicieran nunca.
Tenía los pies empapados en saliva, coloque el izquierdo detrás de su pene y con el otro empecé a frotar de arriba abajo, estuve casi 10 minutos frotando su pene, mientras el suspiraba y decía  cosas como
-Que rico, me encanta, sigue cielo, es la mejor paja, que puta eres.
En un momento noté que empezaban sus testículos a contraerse y el a dar suspiros constantes, como imagináis, sabía que tendría un orgasmo inminente, en ese momento empezó a soltar chorros de semen con mucha fuerza, el primero mancho la camiseta y unos de mis brazos, el segundo mis piernas y ya los siguientes los contuve con los pies, llenándolos de su leche espesa.
Dijo:
-A sido maravilloso, perdona que te llamase puta, pero no era responsable de mis palabras.
-No te preocupes, un poco lo soy, jeje, me pagaste por esto y eso tiene ese nombre, aunque es la primera vez que lo hago por dinero y por cierto me encanta hacerlo.
-Gracias, ponte las sandalias, me gusta que tengas mi semen en tus pies-
-Carlos alcánzame las sandalias
Carlos, tenía su pene fuera del pantalón y tuvo que guardarlo para dármelas, me las puse sin limpiarme y me puse de pie, mi vagina estaba empapada y cuando me mire, tenía los pantalones con una mancha de mis flujos, estaba claro, que desde la posición de Pedro,me veía todo el coño.
Pedro dijo:
-Carlos; eres un tío afortunado, veo que o estas pasando mal, un hombre tan fetichista y viendo esto, tienes que estar muy excitado,
-Si lo estoy, pero Marta también.
--Mientras me repongo y preparo algo que comer ¿queréis que os deje un rato a solas?, lo que sí te pido es que los pies de Marta , hoy, son solo para mí y si no utilizáis preservativo, por favor, todo fuera, el tanga y el pantalón lo quiero con sus jugos.
-De acuerdo, la pongo unos calcetines, para no tener tentaciones, de lo demás no te preocupes.
Pedro se puso el albornoz y salió por la puerta, Carlos me puso los calcetines como guantes y me quito los pantalones y el tanga, metió su cabeza entre mis piernas y comenzó a lamer mi clítoris, tarde muy poco en tener un orgasmo, gemí y chille, Pedro lo oyó  todo. Cuando terminó, agarre el pene de Carlos y lo masturbé, se corrió en mi mano rápidamente y la cantidad de semen fue muchísimas.
Carlos me dijo:
-¿Te gusta la situación?
-Me encanta, me gusta este hombre y me gusta la situación de que me pague
-Eso es ser puta, ¿y si te pide follarte? ¿Te dejarías?
-¿Te importaría?
-Mientras te guste a ti, me dejes que yo disfrute, haces lo que te apetezca.
-Marta, Carlos, creo que terminasteis, venir a comer algo y reponemos fuerzas.(dijo Pedro)
Mientras tomábamos algo, Pedro nos contó que era propietario del negocio donde me hicieron la pedicura y aparte de otros negocios, tenía una distribuidora de calzado, por eso disponía de tantos zapatos de mujer, nos confesó, que su 1ª mujer murió en un accidente de tráfico y la segunda, se lió con un tipo de su edad (36 años) y se marchó con él. También nos  enteramos de su edad, 61 años y de que Elena, sabía perfectamente lo que iba a pasar hoy con mis pies y le pregunté:
-¿y no la propusiste nunca el hacerlo mismo que conmigo a Elena?
-Se lo di a entender, pero tiene pareja y como mucho se los toco cuando la digo de probarse zapatos para los catálogos de mi empresa. Bueno Marta, quiero más.
-¿Ahora dime lo que te gustaría?
-Quiero que te quites el semen, que tienes en los pies, los lavas y en el armario de la habitación tienes tres pares de sandalias, elige el que te guste y te lo pones, veras que están usadas, por mi exmujer y por Elena, Espero que no te importe.
-No me importa, ya que tú te sinceras, quería decirte que soy bisexual, a mí me gusta tener relaciones de vez en cuando con otras chicas y lo que más con otras y mi marido, los pies a mi también me gustan.
-Eres estupenda, ósea, que le pones los pies de otras chicas a disposición de tu marido.
-Bueno, de momento, solo los de mi amiga Lourdes, pero nos metemos en foros y páginas de intercambio para ver si alguien se anima, de momento no hemos tenido mucha suerte.
-Pero, ¿vendréis más veces?
-Si me hace la pedicura Elena, por supuesto. Me atrae bastante esa  y a Carlos, además me da la sensación, de que a ella también le gusta mi marido, además se nota que ella alguna vez se acostó con otra chica, por la manera de tocarme. Bueno en 15 minutos pasáis a la habitación. ¿quieres que te lo haga solo con los dedos?
Dijo Carlos:
-te va a gustar mucho, es capaz de abrir los dedos mucho y la manera de moverlos que tiene, uff , te encantará.
-De acuerdo, pero ponte una sandalias, quiero quitártelas yo.
Entré  en el lavabo y me lavé los pies para quitarme el semen, los tenis pegajosos, abrí el armario y me quedé alucinada, estaba lleno de Sandalias, todas de mi talla, pero él me dijo unos pares en concreto que estaban en el suelo aparte de las demás, eran todas preciosas, tome unas de tacón negras con tachuelas (la foto ya la mandé), me las puse y los llamé. Cuando entraron, me di cuenta que los dos ya tenían una gran erección, Pedro seguía  con el albornoz puesto y no llevaba nada debajo, Carlos se volvió a sentar en la cama y yo empecé a caminar por el cuarto,.
-¿Te gustan?
-Preciosas, te voy a tomar unas fotos.
Empezó a hacer fotos a mis pies, cuando se movía, se le salía el pene del albornoz, estaba totalmente erecto. Me senté en una silla y le dije:
-Desnúdate y siéntate en el suelo apoyando la espalda en la silla.
-Lo que tú me pidas.
Cuando se sentó, pase las piernas por sus hombros, rozando su pecho con mis pantorrillas recién depiladas y con los pies a la altura de su pene.
-Esta vez no me ves la cara pero ves perfectamente mis pies en tu polla, cuando quieras me quitas las sandalias.
-Ahora mismo, Carlos, si tienes que aliviarte, tienes unas sandalias de Elena, en el armario, son de color verde y bajas.
Carlos se levantó, tomo las sandalias y un bote de lubricante de mi bolso acercándomelo a la silla y volvió a sentarse ya con su pene fuera.
-Pedro para que sea más placentero, es mejor que utilicemos el lubricante, te gustara más.
-Lo que tú digas, pero por favor no me tengas así de caliente.
Agarre el bote y me eché un chorro en las manos, luego lo esparcí por mi pie derecho sobre todo entre los dedos y luego, como pude, desde esa posición agarre el pene de Pedro con mis manos y untándoselo a la vez que le masturbaba.
-Pensaba que me dirías que me lo pusiera yo, que no me la tocarías con las manos.
-Te la toqué con los pies, te corriste en mi brazo, Piernas y Pies, no es el momento de andar con prejuicios, además, está mi marido mirando a la vez que se hace una paja con las sandalias de una chica que hemos conocido hace un rato, ante esta situación sino te la toco con las manos sería absurdo. Ahora mira y disfruta.
Con mi pie izquierdo levanté con el empeine su pene y metí entre el dedo gordo y el siguiente del pie derecho el glande, lo tiene bastante gordo, por lo que tuve que abrirlos bastante, hacia bastante presión en él, de esta forma era difícil que se escapara de entre ellos. Lo movía de arriba abajo, mientras pedro sujetaba con su mano el pie izquierdo, empecé a notar sus besos en mis piernas, que aunque no era lo pactado, me encantaba que lo hiciera, se estaba animando y empezó a chuparlas, estuvimos unos 10 minutos y empezó a cambiar su respiración y a decirme palabras un poco fuerte:
-Sigue así mi puta, mueve esos putos pies, me voy a correr en ellos, me corro, ufff.
En ese momento, soltó el primer chorro de semen, no era tan fuerte como el primero pero llegó a mi tobillo,  los tres siguientes cayeron entre los dedos manchando mi pie izquierdo.
-¿Te gustó?
-Eres estupenda, ninguna de mis dos mujeres, ni ninguna de las prostitutas que me lo hicieron con los pies, tienen esa maestría, te puedes dedicar a ello, jeje.
-Ya lo hago jaja
Carlos mientras se masturbo viéndonos y pasando su pene por las sandalias de Elena, las lleno de su semen y las volvió a guardar en el armario de la derecha, era donde tenía el calzado usado para esto y que ya estaba sucio.
Dije:
-¿Me pongo las sandalias de tacón?
-No ponte las de antes, estas te las llevas y las utilizas para trabajar, otro día las cambias por otras. ¿quieres ducharte?
-¿Ya hemos acabado?
-Por mi no, pero no creo que sea capaz de correrme otra vez.
Dijo Carlos:
-Si ella quiere, lo consigues
-¿Serias capaz?
Dije:
-Creo que si
-Sería la primera vez que lo hago tres veces seguidas.
-Tanto Carlos como un amigo nuestro hemos llegado a 6 veces, aunque poco soltaban en sus orgasmos
- vale, lo intentamos, ahora quiero tus plantas.
-Espera que me lave los pies, quiero que me los chupes. ¿Puedo ponerme otras sandalias limpias cuando me lave?
-Las que quieras, ahora son solo para ti
Me lave los pies y me recompuse un poco, ya que el tanga y el short se me metía en la raja del culo y en mi vagina y además estaba empapada de mis flujos.
-Ya estoy, siéntate como antes en el suelo y por favor Carlos dame un cojín
Se sentó en el suelo y yo misma le desabroche el albornoz.
-Quiero que te comas mis pies, me los chupes desde el talón a los dedos.
El suspiró, aunque su pene no reaccionaba, seguía flácido. Acerqué mis pies a su cara y los agarró empezando a besarlos, yo estaba sentada a su lado apoyada en el cojín.
Empezó a chuparlos a meterse los dedos en la boca, de vez en cuando los sacaba de su boca y decía:
-Eres increíble, como puedes ser tan caliente y golfa
Agarre con mi mano derecha su pene y empecé a masturbarle, rápidamente consiguió una erección importante, seguí así durante unos minutos casi a punto de eyacular, sinceramente, ya me dolían los pies y las piernas del esfuerzo, quería que con poco movimiento de mis pies, tuviese el orgasmo.
Me di la vuelta y me metí entre sus piernas de rodillas, acerque mis pies a su pene  y lo agarré entre ellos. La imagen que tenía Pedro según me conto Carlos, era súper excitante, mis pies con su polla en medio, mi culo en pompa, el minúsculo pantalón dejaba ver parte de el, además se salía la mitad de mi vagina, además como siempre estaba muy húmeda y se notaba una mancha por toda la zona.
Le dije:
-Pedro ayúdame un poco con tus manos, ya estoy agotada.
-Sí, pero la terminas tu
-No te preocupes, tu avísame cuando te corras y sigo yo movi, ahora disfruta de mis piececitos.
Me agarró por los tobillos y empezó a mover mis pies de arriba abajo y empoza decirme.
-eres divina, me encanta follarte los pies
- fóllatelos, vamos córrete en ellos, pagaste por ello, llénamelos de tu leche,
-¡Me corro!
Soltó mis tobillos y yo empecé a mover los pies a mover los pies de arriba abajo con la misma intensidad, note como caía un poco de semen en mis plantas, prácticamente nada.
-Me dejaste seco, lo conseguiste, tres veces seguidas, ¿Cómo eres tan caliente?, ¿te gusta hacerlo?, ¿lo debes de practicar mucho?. Por favor quiero otro día
-Si soy muy caliente y tan fetichista de mis pies como vosotros, me gusta que me los toquen y me excita, excitar con ellos, desde muy joven y a todos los chicos con los que estuve dieron mucha importancia a mis pies en el sexo, me encanta hacerlo y por supuesto lo llevo practicando mucho.
-¿Se lo haces a más hombres?
-Ahora solo a mi marido, a un becario jovencito que tuve y a ti.
-Ósea, que me lo vas a hacer más.
-Mientras a Carlos no le importe, no te canses de ellos y por supuesto me pagues, también me excita mucho la situación, tendrás pies para ello.
- ¿Y si te pido más?
- Depende de lo que pidas
-Salgo de viaje pasado mañana a China, a supervisar  la fabricación de la nueva colección de sandalias para el verano, cuando vuelva, mando un correo con lo que quiero para el próximo encuentro, me decís si estáis dispuestos y vuestras condiciones, precio, forma o adonde podemos llegar.
- De acuerdo, pero , ¿podré darme otra sesión de belleza con Elena?
- Veo que os gusta Elena
-Si, a los dos, ¿le podemos insinuar a lo que hemos venido? , a lo mejor la gusta la idea y se apunta.
- ojalá lo consigáis, me gustaría participar, pero ella no sé si querrá.
- Como te dije, me dio la sensación que es tan caliente como yo, pero no se atreve por su pareja. Bueno, me voy a duchar, ¿Te importa que Carlos se duche conmigo?
-No, ya podéis hacer lo que os dé la gana, hemos terminado y estoy muy satisfecho, esperaba menos de tus pies, pero además incluso lo hiciste con tus manos.
- Me gustó hacerlo, Carlos vamos a ducharnos que estoy pringada de semen por todos sitios. ¿Dónde te dejo la ropa y las sandalias usadas para esto?
-En la habitación, la necesito para recordarlo.
Entramos en el baño y Carlos me desnudó , empezó a besarme y pronto me dio la vuelta, en esa posición con una pierna en el lavabo, se desfogo. Tuvimos nuestro orgasmo, esta vez no tuvo que contenerse y eyaculo dentro de mi vagina, después nos duchamos y salí vestida con mi ropa, como dejó de llover, me puse unas sandalias que tomé del armario.
Pedro le dio la mano a Carlos y a mi me besó en la boca y dijo:
-¿te puedo decir una cosa aunque sea fuerte?
-Lo que quieras.
-Realmente eres muy golfa, casi una profesional.
-Tú me hiciste profesional pagándome por esto.
-¿Os espero?
-Por mi si
Carlos dijo:
-Entonces está claro
Nos fuimos a casa, por el camino comentamos la experiencia, con la conclusión de que repetiríamos, lo único es que yo estaba muy cansada, me dolían las piernas y los pies,pero Carlos me dio un masaje que como siempre termina en sexo.
El tercer y cuarto encuentro lo iré contando dependiendo si lo publicas o no y de la aceptación que tenga, es más fuerte, pero más placentero para mí.


cld65@live.com

1 comentario:

  1. Recién tengo la oportunidad de leerlo porque en estos días, andaba algo ocupado, pero. he de decir que el relato, en verdad me encantó, me dejó bien prendido.... genial y ansioso espero el tercer y cuarto encuentro, vamos, Marta, anímate. Como quisiera yo ponerte el bicho entre tus pies, en tus talones y plantas.... así es, yo igual pagaría por ello.... Wow. censillamente genial. Un saludo desde Ecuador.

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