RELATO: LA CHICA DE LA ACADEMIA
Estaba en la academia de inglés Británico, en la cafetería, cuando una pareja entró para comprar un bocadillo. El novio se fue a lavarse las manos mientras la joven compraría el pan.
Yo la veía como a todos quienes entraban, y como siempre hago, miro hasta abajo para ver sus zapatos, pero ella era diferente.
Unos tacones así, de otro color, estaban cuidadosamente sosteniendo sus pies, en uñas rojas carmesí, pero ni siquiera semejantes tacones podían contener tales dedos!. Era como los griegos aman: largos, "muuuy" largos. Tanto así, que junto a la foto que añadí, podrás comparar al decirte que sus dedos... se escapaban del taco y tocaban el suelo. Sí, tocaban el suelo, y ella misma se acomodaba mucho el taco porque le dolía su dedo índice (el cual llegaba al suelo y se doblaba un poquito).
Yo no podía quitarle el ojo, y quería grabar, pero no tenía esa cámara diminuta ni grandes cosas para camuflar mi celular, por lo que tuve que hacer cola con ella para "comprar" un pan, pero en secreto, grababa el suelo, con ansias de que capture algo... Sí lo hice, pero tuve que borrarlo, porque mi celular se malogró, y tenían que resetearlo.
Volviendo a la historia: tras comprar el panecillo, como su novio no volvía, me le acerqué y pregunté:
-"Disculpa, te llamas Giovanna?"
-Oh ... hola! No, soy Yolanda.
-Ah ya, porque te pareces a una amiga llamada así. Y tu apellido no es Guevara?
-No, otra vez! Es Guerra.
-Ahh ya, y una cosita más eh? ... Cuánto calzas?
- Queeeeé? Eso no te voy a contestar "amiguito" (risa agradable).
-Oh bueno, lo decía porque esos zapatos te quedan algo... chicos no?
-Ay sí! pero sabes lo complicado que es encontrar zapatos para mí ?? (mira hacia sus pies, mientras levanta uno de ellos y mueve sus dedos cautivos.
-Debe serlo, porque tienes dedos bastante largos eh?
-Sí pues: parecen manos (risa), pero ya no me ofenden los comentarios sobre mis deditos. (los mueve ligeramente)
Cuando iba a seguir con la pregunta, noto que ya mi corazón palpita demasiado para ese entonces, por lo que, antes de sudar y sufrir una descompostura, decidí "irme".
-Hasta luego Yolanda.
-Chau amiguito!
De ahí, la volví a ver en la cafetería, pero usando unos tacones cerrados. Me le acerqué y dije:
-Nuevo calzado eh?
-Sí, pero me está matando! Tengo una reunión formal y éstos eran los más formales que encontré, aunque me duelen las manos. (supongo, en clara alusión a sus dedos)
Tras decir eso, imaginé lo que pasaba dentro, por lo que me fui rápido... iba a tener "problemas" si mi pantalón se levantaba en frente de ella, o si empezaba a sudar.
Al día siguiente, no la vi, ni el siguiente a eso, o el siguiente... en fin, no la vi más sino hasta el último día, cuando bajando las escaleras, vi cómo una mujer bajaba lentamente las escaleras, pisando raro. Cuando aceleré el paso para ver por qué, me di cuenta que era ella! Mirando hacia el suelo bajo sus piernas, vi unos dedos que colgaban del taco, y el indice que se apoyaba primero sobre el suelo, y luego el taco, o cuando levantaba el índice para caminar sin problemas. Intenté llegar a ella lo más rápido que pude, pero cuando bajé ella estaba ya abrazada de su novio, quien supongo, ya me conocía, porque me miró con una cara de muy pocos amigos, y tomando de la mano a su ninfa, se fue de la academia.
A eso termina mi historia; a quienes quieran buscarla, está en Perú, en alguna parte de Perú. Se llama Yolanda Guerra, medía cerca de 1.79 metros o más, no sé, pesaría eso de 51-55 kilos (porque era muy delgada, como una modelo/cantante de K-pop), piel blanca y tersa, muy bien cuidada, pelo liso y algo marrón/negruzco y rondó en el Británico de Javier Prado, en San Borja-Lima (Perú). Gracias por oírme ;)
Autor: gaspar10000x10000
hieracosfinges@gmail.com
El relato estuvo muy bueno.
ResponderEliminarSi vale
EliminarGracias a ti por compartir tu experiencia en este sitio
EliminarEl anterior si lo vi, el de la mujer, pero no lo comenté porque no es que me gustase mucho, pero igual me pareció muy bueno. Publica más relatos, a ver si escribo uno un día de estos. Saludos Juan.
ResponderEliminar